domingo, mayo 08, 2011

Armando Villalón, busca la cima

"El pintor de la bruma" ha cambiado su paleta y virado su mirada hacia las Barrancas, su nueva serie, una investigación plástica que le ha valido, entre otros logros, un Doctorado Honoris Causa


por Fabián Soto Rueda
imagen: Marcos Suárez
Revista Estampas Larense, domingo 19/09/2010



Jesús Armando Villalón no puede creer que todas las noticias buenas lleguen juntas. Para el apreciado artista plástico el último año ha sido un logro tras otro, casi por obra y gracia del Espíritu Santo. Pero cuando lo piensa bien admite con la humildad que lo caracteriza que esos méritos, "bendiciones de la Divina Pastora", son el resultado de tomarse con seriedad y respeto su trabajo.

Justamente fue a la patrona espiritual de los católicos barquisimetanos a quien el "pintor de la bruma" le dedicó su primer mural. Una obra monumental ubicada sobre la avenida Venezuela de la capital larense, inaugurada el 14 de enero de este año, durante la procesión de la Virgen.

Desde ese día las dichas no han cesado. Cuatro meses después, el 28 de mayo, la Gobernación de Lara le otorgó el Botón Jacinto Lara en su Primera Clase, la máxima distinción entregada por el Ejecutivo Regional a una persona ilustre de la región.

El próximo 24 de septiembre la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) le conferirá el Doctorado Honoris Causa por su trayectoria artística y sus aportes a la pintura larense, distinción que recibe junto al también maestro Esteban Castillo. Esta es la primera vez en la historia de esta casa de estudios que artistas plásticos son reconocidos con tan alto galardón.

El maestro Villalón recuerda que cuando se lo notificaron no lo podía creer. Se levantaba en la madrugada y llamaba a su esposa Isabel, a quien considera su escudera, para saber si era verdad.
"Este reconocimiento me compromete a seguir adelante y me veo obligado a ser consecuente con mi trabajo, con mi planteamiento artístico porque se me está reconociendo por eso. Para algunas personas mi propuesta es motivo de inspiración, de estudio y no les puedo fallar. Este es un reinicio de mi carrera", fluyen sus palabras casi atropellando las ideas a causa de la dicha.

Él es un hombre efusivo, alegre y jovial. A sus 65 años es un optimista permanente para quien los retos son su principal combustible de vida. Por eso desde hace un año decidió virar su planteamiento plástico. Manteniendo su amor por el paisaje se animó a reconstruirlo, cambió la paleta y hasta los trazos.

Bajo el título Barrancas, Jesús Armando Villalón grita desde lo alto a quienes habitan en el Valle del Turbio de sus inicios. No es una denuncia, sino una invitación a subir, a cambiar la perspectiva y a transformar la pesadumbre en frenesí.



El viento de sus paisajes de brumas, enmarcados hace tres años en la serie Ventanas, acaricia su rostro y de nuevo lo revitaliza. Ahora, más maduro y más vigente como artista, se para junto a la montaña para reivindicarla con los tonos ocres de su maestro Ramón Díaz Lugo, a quien dedica estas obras, mientras escala entre amarillos, rojos, blancos y negros en busca de la cima, no de la fama o el dinero, sino de la satisfacción personal: "Que mi obra los cautive, ese es el reto".

¿Cómo interpreta su nueva propuesta artística "Barrancas"?

"Representa mis experiencias durante estos 40 años dedicado a la pintura. La grandeza está en la sencillez. Cuando tú logras con pocos colores darle alegría y armonizar una obra, sientes que estás madurando como artista. Me siento muy identificado con este cambio que he dado y por eso creo que es el punto de partida de una nueva etapa dentro de mi trabajo".

¿Cree que sigue siendo paisaje?

"Este es un paisaje, expresionista si se quiere, que busca la abstracción. Quizás los académicos difieran en esto porque el expresionismo tiene otras características como la parte humana, pero yo lo siento así. En síntesis, es un paisaje, pero no una recreación de la obra de Dios, sino una deconstrucción personal".

Las barrancas tienen altura, ¿se siente en la cima?

"Sí, indiscutiblemente. Me siento bien arriba porque desde ahí se ve mejor la vida, el mundo y los sentimientos".



¿Y qué le dice el viento allá arriba?


"'Vas muy bien Villalón' (ríe). Este trabajo me gusta mucho porque siento que reivindico a las barrancas. Ellas siempre han estado en mi obra pero de manera muy tímida, en segundo y tercer plano, ahora las traigo al frente y creo que ellas me lo agradecen".

¿Considera esta nueva serie ecológica?

"Sí. Es un paisaje pero sin árboles, con la montaña erosionada. Es una escena dramática que invita a la reflexión. Afortunadamente tengo una vista hermosa del Valle del Turbio desde mi casa y por muchos años me alimenté de ese paisaje, pero me he apartado un poco de él, ahora estoy buscando la montaña porque el valle se ha convertido en una línea de concreto que perdió su verdor".

¿Se considera un artista famoso?

"No, me considero un artista feliz. Afortunadamente puedo vivir de mi trabajo y eso me place. Siempre he dicho que yo pude haber vivido de otra profesión, pero no sería tan feliz como lo soy ahora y eso se lo debo al apoyo que me ha dado mi esposa".

¿Qué opina del término "maestro"?

"Para ser maestro hacen falta muchas cosas. Cuando llegué a Europa y me paré frente una obra de Goya entendí en verdad el significado de esa palabra. Si algún día merezco ese título quiero que sea por mis logros en las artes y en eso estoy".

La gente lo quiere y sus obras se cotizan bien, ¿cómo maneja el ego?

"Un amigo dice que yo he implementado un estilo 'Villaloniano' y me da gracia. Creo que sí he hecho algo que muchos pueden considerar un aporte, pero no tanto como para considerarme en la cúspide de mi carrera. También me he preocupado por compartir esos conocimientos con otras personas, especialmente artistas jóvenes que vienen a mi casa a pintar. Yo no escondo nada, mi taller está abierto para todos".


Fuente:
Estampas Larense

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