martes, noviembre 18, 2008

Edgardo Zerpa, artista plástico y fotógrafo venezolano

Su lente y pincel honran la fe en la sabiduría mística, tarro analgésico en el que deposita los principios remotos de la pervivencia humana. Numerario de una planicie que duerme anegada por las llagas de una segunda e indolente realidad, de sus contemplativos trazos brota el néctar equilibrante de simbolismos milenarios



Fotografía Nicolás Serrano

Viene de una convicción punzante: la vida es el escenario para enriquecer el espíritu con la incuestionable sapiencia de la naturaleza. Desvistiendo cuerpos anónimos, hace de la fotografía el recurso inmortal con el que congela la virtud edénica del desnudo visto como el estado prístino de almas que, sacudidas de “ropajes” mundanos, exhalan el goce del principio.
Enfocando sentimientos impalpables, alcanza la materialización prodigiosa de su efervescencia íntima en una marcha gráfica signada por la exaltación monocromática del blanco y el negro, dos enemigos reconciliados en la intención de escenificar los vaivenes de la desintoxicación cosmopolita. En su antropocentrismo reflexivo y espiritualidad piadosa, ruge también el resultado de una colorista búsqueda plástica en la que escarba devociones religiosas, esferas sagradas y profundos alientos hinduistas. Ambos remos orientan una corriente que frota la piel de la belleza con el fin último de hacer erizar los ojos e invocar los mandalas de la dicha.

¿Cuál fue la atmósfera familiar en la que creció?


Soy el cuarto de seis hermanos. Los recuerdos más agradables tienen como centro a mi abuelo, cabeza de familia quien me enseñó gran parte de los valores que aún me acompañan.


¿Quiénes fueron los personajes o influencias que impulsaron su vinculación con el Arte?


Mi maestra Luisa Elena Páez quien me ayudó al arranque de esta pasión. Junto a ella realicé mi primer trabajo. Si de influencias artísticas se trata, aparece por una parte Miró y, por otra, Luisa Richter. Otros de mis puntos de inspiración se anclan en lo místico, lo religioso, la simbología, la naturaleza, los indígenas y el ser humano en su esencia primigenia.
¿Cuáles han sido los terrenos académicos transitados? Me he volcado autodidactamente al Diseño de Interiores y Paisajismo abonado por múltiples experiencias y estudios particulares.

¿Cuáles son los temas conceptuales y los mecanismos -a nivel de técnica- que han signado las diversas etapas de su evolución?

Algunos de ellos son la escritura oriental o vikinga, pero no en su significado propiamente, sino como forma; también incluyo la decoración de la imagen a través de colores atractivos y transparentados que dan sensaciones de luces que tienen que ver con el umbral del alma. Por otra parte, mi argumento fotográfico alaba la pulcritud de la belleza abstracta y general. Fusiono el cuerpo perfecto o normal -de modelos o indígenas- con mis pinturas simbólicas, lo que enriquece las decodificaciones. Todo está relacionado con el hombre y la tierra, lo que hace mi trabajo multicultural y multirracial.


¿Qué episodios lo llevaron a decidirse por el arte y cuáles fueron los temas que sustentaron sus primeros trabajos?


Fue en el año 1998, guiado por la maestra Luisa. En principio realicé una serie de trabajos de contenido paisajista pero también abstracto. La aceptación fue realmente sorprendente, lo que me animó como artista. Posteriormente experimenté con la simbología y, más tarde, con lo estético, místico y religioso.



Usted ha declarado que “al conocerme, recorrerán un viaje místico, donde el olor a sándalo, la meditación, el yoga y el ser humano se mezclan como un abanico de colores en el que está cimentada mi idea de existencia: ‘Vive tu vida según tu propia verdad”. En el marco de esta convicción, ¿cuál es el papel que cumplen estas herramientas en su obra?


En mis fotografías, el ser humano es el centro, pero atrapo en él su estado original, la belleza de su desnudez. No hay algo más hermoso que lo natural y nada más natural que las líneas de un cuerpo libre. El Yoga y la meditación representan los vehículos a través de los cuales logro concentrarme hasta que aparecen los colores y las texturas de mis obras.


¿De dónde proviene su vinculación con el Hinduismo y hasta dónde ha profundizado en su sabiduría?


Es uno de los motores principales que impulsa mi desarrollo creativo. Soy amante de la cultura hindú, eso me llevó a practicar Yoga, meditación y a profundizar en el conocimiento de su simbología mística y en las deidades presentes en esa religiosidad oriental, lo que a su vez me condujo a investigar sobre los mandalas que, desde el punto de vista espiritual, son centros energéticos de equilibrio y purificación que ayudan a transformar el entorno y la mente. También se definen como sistemas ideográficos contenedores de un espacio sagrado.


¿Cuáles son los aportes de la simbiosis fotografía-pintura?


La Fotografía atrapa imágenes irrepetibles mientras que la Pintura expresa mi sentir. He puesto a dialogar ambos matices artísticos para crear sensaciones únicas.
¿Cuáles han sido las mayores glorias vividas en los contornos de una cámara y, luego, de un pincel?


Una de mis mayores glorias fotográficas fue poder captar con mi cámara el glaciar Perito Moreno de La Patagonia, la magia cromática de la naturaleza que allí posó Dios me dejó sin palabras. En la plástica, el concretar el proyecto de mis Mandalas, recibir la aceptación del público, que hasta la fecha se mantiene, y ser seleccionado -entre 15 artistas latinoamericanos- para realizar los reconocimientos entregados a artistas como Ana Torroja, Miguel Bosé, Cristian Castro, Juanes y Rosario Flores, entre otros, en el marco de los Latin Grammy Awards 2003, han significado grandes triunfos en mi carrera, al igual que mis más de 20 exposiciones individuales y colectivas logradas tanto en Venezuela como en Madrid, Estados Unidos y Argentina.


Goethe afirmó una vez: “Si yo pinto mi perro exactamente como es, naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte”. En este sentido, a su juicio, ¿dónde radica la maestría y valoración de una obra de arte?


La naturaleza ha creado todo, sólo toca transformar su imagen. En efecto, una obra maestra debería tener una carga de cierto misterio venido de la inserción de características o sentimientos que salgan del alma del autor. En ese toque de particularidad que todo artista posee radica la maestría. La valoración es equiparable a su capacidad de transmitir y hallar ese sello original.



¿Cuál ha sido su búsqueda plástica y, a pesar de su trayectoria, qué le falta por conquistar?


La vida para mí es una inmensa pared blanca decorada por pequeños mosaicos, pedazos y recuerdos que, en conjunto, hacen lucir una inmensa obra maestra. Mi búsqueda es -y seguirá siendo- mi verdad, así comprenderemos que el mundo es nuestro y que la certeza está en cada uno de nosotros.



Contacto:
www.edgardozerpa.com.ve
Galería de fotos


Fuente: CG Latin Magazine


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