sábado, abril 26, 2008

Mireya Chirinos, la voz inmensa de Venezuela

Hablar de Mireya Teresa Chirinos de Castillo es sencillamente mencionar la belleza de una canción hecha mujer, es concebir la sensibilidad y la traducción de diferentes sentimientos que ella sabe interpretar perfectamente, viviendo la frescura del amor y el dolor de la decepción al mismo tiempo.
Como ella misma dice, nació cantando. Esta voz pródiga inicia su vida artística en la perla de Falcón, Puerto Cumarebo, su lugar de nacimiento, junto a su primer acompañante, el cantautor Minche Blanco.



Foto: Jacinto Oliveros



Llega a Valencia en 1963, por lo que ya se le considera patrimonio del estado Carabobo, gracias a que ha dedicado su vida a cantarle a estas tierras, por lo que su adopción fue casi instantánea.
Sus primeros estudios los inició en la escuela Sebastián Echeverría Lozano, en la especialidad de solfeo y canto con los profesores Cristóbal Gornes y la profesora Antonia Bookn; sin embargo, termina su especialidad con la docente Panaro, famosa en el medio artístico.
Es becada en Caracas y sigue estudios de vocalización y canto con la profesora Hollander, la misma de todas las grandes del canto.
Como vocalista ha sido integrante del orfeón de la Universidad de Carabobo, del quinteto "Los Bemoles", "Voz y música", y la Orquesta Sinfónica del estado Carabobo.
Actualmente tiene un grupo llamado "Clavijas" el cual dirige junto a su esposo y fiel acompañante, el bandolinista, músico, y eterno enamorado de esta cantante, Víctor Castillo.

Cantata tropical

Escrita por el maestro Lazo Martí, Cantata tropical marcó la vida de Mireya, quien con apenas 15 años fue nombrada solista al tiempo que sorprendió por la perfecta interpretación en una época en la que aún carecía de estudios.

Por pensar en ti
"Por pensar en ti" es el nuevo disco de la soprano que fácilmente describe el frío dolor de la soledad, en este caso de un padre que nunca pudo perdonar a su hija el haberse enamorado de quien para él no era el hombre adecuado.
Pero cuánto acíbar no se siente al perder a quien amamos si se ha convertido en el palpitar mismo de la vida! La ausencia de un amor que aunque existe no se puede obtener, es como el "duro cierzo invernal". Y es que esta sensible dama sabe cantarle a los sentimientos con el corazón, quizás porque se ha dedicado a vivir con pasión.

Nelson Mandela quería su voz
En una antología de sentimientos Mireya, con su flamante sonrisa, nos cuenta que entre las personalidades a quien ha dedicado su canto y ha compartido tarima, figuran Lucho Gatica, Simón Díaz, Don Julio Centeno, María Teresa Chacín, Italo Pizzolante, Mario Suárez, Eddie Castro y Chelique Saravia.
Hasta el ex mandatario sudafricano Nelson Mandela, en su visita a nuestro país en el año 91, quedó prendado con el talento de la artista, por lo que le solicitó que fuera su cantante en su país. Pero por avatares del destino no se llegó a cristalizar esa solicitud.

Sus hijos rockeros
La voz inmensa de Venezuela, como todo ser humano, posee una familia que la llena de felicidad, sus tres hijos Víctor Manuel, Eduardo José y Víctor Eduardo han sido su orgullo y mejor legado; dos de ellos han decidido dedicarse a la música, mas algo distante del estilo romántico de su madre, "son rockeros", agregó. "Pero vamos a hacer un trabajo donde vamos a fusionar una versión de mis canciones con el estilo de ellos", aseguró regocijada, agradeciéndole a la vida por tanta felicidad.

Una Abuela sin cara de serlo
Como era de esperarse, la vida evoluciona y con ella pasan los años, éstos traen la experiencia, la madurez según sea el caso, y el cabello se encanece. Pero en el caso de Mireya, pareciera detenerse el reloj para rendir un homenaje a la belleza de esta persona que canta con su misma voz de siempre: como los ángeles mismos; a su vez, la vida le ha dado tres nietos: Yohan, Ada Victoria y Manuel Eduardo, a los que menciona con grata satisfacción y alejada totalmente de la típica faceta de abuelita. Y es que para nadie es un secreto que es un vendaval de emociones y energía que destella cual relámpago al comenzar a cantar.
Como dice la canción, esta doncella que se pierde en el romanticismo, sencillamente posee un corazón "dulce como la miel" y "limpio como el cristal", con una voz que invita a los enamorados a viajar embarcados en la nave que profesa sentimientos en los que se jura amor eterno través de su música y convierte el tiempo en un delicioso transitar lleno de aromas a nostalgia, o un pasado de blanco altar, o llanto de ausencia, o sueños desvanecidos.
Definitivamente, esta diosa falconiana sabe cómo hacer aflorar las tenues inspiraciones de quien ose escuchar su casi embrujante voz. Por ello forma parte del baluarte de Nuestra Gente.

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