martes, abril 11, 2006

Ignacio Taboada, venezolano en el Polo Sur

Cuando los venezolanos del Proyecto Cumbre llegaron a la estación científica del Polo Sur se encontraron con una sorpresa: un coterráneo les dio una calurosa bienvenida. El físico Ignacio Taboada ha vivido en tres ocasiones en el hielo austral, donde trabaja en la construcción del Telescopio Ice Cube.


CIENTÍFICO DE HIELO
En la actualidad, Ignacio Taboada reside en la apacible localidad de San Leandro, California, al este de la bahía de San Francisco. Tiene 34 años y una fructífera carrera. Es físico, PhD en Física y Astronomía, egresado de la Universidad de Pennsylvania en 2002. Después de dar clases en la Universidad Simón Bolívar durante dos años, a principios de enero de 2005 viajó a Estados Unidos a asumir un nuevo reto: ser investigador a tiempo completo en la Universidad de Berkeley.
Desde entonces, su trabajo y sus estudios le han permitido vivir una de las más inusuales experiencias que se puedan contar. Ha permanecido al menos un mes en el Polo Sur en tres ocasiones distintas.
Viajó por primera vez a principios de noviembre de 1999. Regresó durante el mismo período en 2000 y volvió a pisar sus gélidas tierras en enero de 2006.
“Recuerdo bien mi primera vez. El avión LC-130 aterrizó en la pista de nieve y se estacionó a unos 300 metros del edificio principal de la estación. Éramos seis pasajeros. Había tres o cuatro personas esperándonos. Yo tenía los lentes oscuros mal puestos y los congelé con mi respiración. Más o menos a ciegas, seguí a las personas que nos llevaron hasta la cafetería. Allí había un montón de personas que yo ya conocía, gracias a mi experimento. Encontrarse con gente conocida en el Polo es muy agradable. Debido a las duras condiciones y al trabajo compartido, se hacen buenos amigos en el hielo”.
En la estación del Polo Sur se realizan labores de investigación científica. Un grupo de científicos ejecuta experimentos de climatología, sismología, astronomía y glaciología.
En condiciones climáticas extremas y bajo un ambiente de estrecha camaradería,Taboada cumplió múltiples labores relacionadas con los telescopios de neutrinos Amanda y Ice Cube. El principal objetivo de Amanda y Ice Cube, al igual que los telescopios convencionales, es estudiar objetos celestes. Pero su sofisticada tecnología les permiten analizar, a escala universal, los eventos más catastróficos y violentos conocidos en la astrofísica: “explosiones de estrellas, estallidos de rayos gamma, y fenómenos cataclísmicos que involucran agujeros negros, supernovas y estrellas de neutrones”, cuenta Taboada.
VIDA EN EL POLO
Alrededor de 250 personas viven y trabajan en la estación durante el estío, aunque sólo 75 permanecen en el invierno.
La Estación del Polo Sur consta de un pequeño conjunto de edificios. En todas las ocasiones en que ha viajado hasta allá, Taboada ha vivido en el campamento de verano. Allí cuentan con varios jamesways e hypertats, edificaciones similares a tiendas de campaña, pero más grandes y con estructuras de madera o metal. Cada uno de estos albergues cuenta con calefacción y tiene entre 8 y 10 habitaciones cuyas dimensiones apenas superan el tamaño de la cama.

Una ventana al Universo
Junto con un equipo de más de 150 colegas, Ignacio Taboada trabaja en la construcción del Telescopio Ice Cube, un experimento de grandes dimensiones, conocido como “la nueva ventana al Universo”, que se construye en la actualidad en el manto glacial de la Antártica y que promete estar listo a finales de 2010. Ice Cube es, en pocas palabras, un gigantesco detector de “neutrinos” de alta energía. Los neutrinos son partículas subatómicas que atraviesan el espacio a toda velocidad. Al ser detectados por los sensores del telescopio, permitirán estudiar explosiones de estrellas, estallidos de rayos gamma, y otros cataclismos que involucran agujeros negros, supernovas y estrellas de neutrones. El Ice Cube, considerado una de las siete maravillas de la astronomía moderna, aportará respuestas vitales sobre los enigmas que encierran los fenómenos más catastróficos y violentos que se producen en el Universo.

Taboada cuenta que el éxito de Amanda, telescopio finalizado en 2000, sentó las bases del diseño de un telescopio más potente. “Ice Cube es el experimento nuevo, actualmente en construcción, con el que esperamos ver fuentes astronómicas de neutrinos”, explica. “La principal diferencia entre los telescopios normales y Amanda y Ice Cube es que los primeros usan ‘luz’ para ‘ver’, mientras estos últimos utilizan ‘neutrinos’ . Estas partículas subatómicas no tienen carga eléctrica y son extremadamente difíciles de detectar porque rara vez interactúan, es decir, ‘chocan’ con la materia normal de la que estamos hechos. La mayoría de los neutrinos en los que nosotros estamos interesados pasan a través del planeta Tierra como si ésta no estuviese allí”, relata.

Cuando los neutrinos chocan, producen tenues destellos de luz. Los científicos requieren grandes cantidades de hielo transparente, que sólo se pueden encontrar en esos parajes, para poder detectarlos. Al ser concluido, Ice Cube contará con un kilómetro cúbico de hielo, según Taboada el tamaño de 400 pirámides de Giza juntas.

Fuente: El Nacional Todo en Domingo - Domingo 02 de Abril de 2006 Todo en Domingo/6

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